Conocí a Penelope jugando y bailando en el Intensive de Fighting Monkey de 2022, en Praga.
Es una artista interdisciplinar con una trayectoria profesional que ni me atrevo a empezar a contar aquí… Es también, y sobre todo, una persona muy especial, con la que voy a tener el placer de pasar este fin de semana en casa para su taller ‘Sculpting Body–Images’, que hemos organizado desde Conectando Movimiento en A Coruña.
Y esta es seguramente la conversación más intensa y bonita que he compartido hasta ahora…
Conectando Movimiento: ¿Qué respondes cuando alguien te pregunta a qué te dedicas?
Penelope: Añade “el idioma en el que estoy respondiendo” a tu pregunta y podemos hablar… Bueno, me gustaría decir que respondo de la manera que más resuena conmigo, pero no sería cierto, ¿no?
Tengo un fuerte deseo interno de comunicarme con los demás, precisamente porque mi trabajo es mi identidad. No puedo separar mi arte de la vida. Porque me ha salvado, me ha salvado de tantas formas…
Así que probablemente respondería intentando traducir el título “Artista de Danza Interdisciplinar”, que es el que mejor abarca mi trabajo. Y, dependiendo del contexto o de la persona, probablemente explicaría lo que implica. Pero es una pena darse cuenta de que el constructo social sigue entendiendo mejor las profesiones de arquitecto o profesor, que la de artista.
CM: ¿Quiénes han sido tus influencias más importantes?
P: Escuché en algún lugar la expresión “de las dificultades viene la facilidad”: nada en la vida es sólo bueno o sólo malo. Así que, sin entrar en demasiados detalles, puedo decir que durante los momentos de mayor adversidad, hubo personas que me apoyaron –consciente o inconscientemente– con su presencia e influyeron sobre la manera en la que existo en este mundo.
Estas personas son la familia que he elegido. Saben quiénes son…
CM: ¿Cómo te mantienes inspirada y fascinada en tu día a día?
P: Elijo ver los milagros de mi vida diaria en lugar de centrarme en las pesadillas.
Siento que viví la vida de otra persona durante muchos años y que, en un momento de pura claridad –de “plasticidad destructiva”, como habría dicho Catherine Malabou– gané perspectiva. Decidí dejar que la vida ocurriese por sí misma pero librar mis batallas de manera que, al final de cada día, me vaya a la cama pensando: “No me arrepiento de nada, pase lo que pase.”
Decido mirar a la gente y que ellos me miren, mirarnos el uno al otro, sin prisa, sin pensar en todo lo que podría ir mal. Y creer en la belleza de lo desconocido.
Khalil Gibran escribió:
“la mitad es un mero momento de incapacidad
pero tú eres capaz pues no eres medio ser
eres un todo que existe para vivir una vida
no media vida.”
Así que brindo por ser una persona completa. Y por mantenerme presente: ¿Cómo, si no, recibir la inspiración de la vida?
CM: ¿Qué susurrarías al oído de todas las personas del mundo?
P: “Camina por esta tierra en la manera en la que querrías ser acariciada por tus seres queridos.”
CM: ¿Por qué bailar? ¿Cómo comenzó para ti?
P: Creo que empezó de la manera más trivial: una madre llevando a su hija de cuatro años a clases de ballet. A lo largo de los años me involucré en todo tipo de prácticas relacionadas con el cuerpo: estaba creando, siempre en movimiento. Me encantaban el deporte y la competición. ¡Durante un tiempo estuve convencida de que sería la próxima medallista olímpica en patinaje! Pero la danza, la manera en la que el cuerpo puede moverse sin reglas, sin posturas correctas o incorrectas, la manera en la que podemos canalizar todo nuestro rango de emociones y convertirnos en ellas… es por lo que continué. También hubo otras prácticas durante algún tiempo que me revelaron algo más sobre el vocabulario de mi cuerpo, pero la danza me acompaña a largo plazo.
CM: En relación a “actuar” y “enseñar”... ¿Son dos mundos diferentes para ti? ¿Dónde se encuentran?
P: En nuestro campo se ha establecido que, para ganarse la vida, uno debe enseñar. Si no tienes un contrato permanente con una compañía, es prácticamente imposible ser sostenible de manera independiente como bailarina.
Sin embargo, no puedo enfatizar lo suficiente cómo de crucial es creer en la educación y en la pedagogía para vivir de enseñar. Enseñar no va de pagar las facturas mientras sigues siendo una intérprete activa. Enseñar va de la responsabilidad hacia el alumno, de la forma en la que enfocas la práctica de aprender y cómo este proceso influye en el desarrollo del que aprende. Y desde luego no va de virtuosismo: un gran intérprete no tiene por qué ser un gran profesor. La combinación, sin embargo, es una joya. Si encuentras a una persona comprometida en ambos campos a un alto nivel, aférrate a ella. Tiene mucho que enseñarte.
CM: ¿Cómo ha afectado la práctica de Fighting Monkey a tu vida, tu manera de enseñar, tu perspectiva…?
P: Si crees, incluso remotamente, en la expresión “todo ocurre por una razón”, diría que así fue mi primer encuentro con Linda y Jozef y nuestra relación hasta ahora. Tuve la suerte de conocerlos en la Escuela Nacional de Danza de Atenas, donde me formaron durante tres años consecutivos.
Estudiar allí no formaba parte de mi idea inicial, pues ya había empezado mis estudios en Londres, pero la vida tenía otros planes. Recibí este regalo increíble. Fui testigo de cómo moldearon y dieron forma a la práctica de Fighting Monkey desde el principio mismo. Linda y Jozef son mis profesores, mis mentores y la familia a la que elegí.
Tienen una voz artística y pedagógica muy fuerte. Uno puede ver una conexión clara entre los conceptos que proponen, puedes sentir el cambio en tu cuerpo... En un contexto así, materializar una voz artística y pedagógica propia para posicionarme mejor como practicante y como profesora se volvió algo muy importante para mí.
FM Practice evoluciona con sus fundadores y ha sido mi punto de referencia a lo largo de los años y en el contexto de mi propia práctica. Uno de los elementos más intrigantes es el diálogo crítico en el que podemos relacionarnos con ella: no es el camino de FM o el camino incorrecto. Es el acuerdo mutuo de que siempre estamos en un proceso de aprendizaje, de que siempre estamos transformándonos. Hay una frase que les escuché a Linda y Jozef hace muchos años y que aún utilizo en mis talleres: “Sabemos cómo hacer preguntas sobre las cosas que no sabemos. Lo que nos cuesta es hacer preguntas sobre las que sí sabemos.”
CM: Un libro
P: To kouvari ton allokoton pragmaton (The Tangle of Strange Things) – Myrto Kontova
CM: Un trabajo en una vida paralela
P: Chef con 3 estrellas Michelin.
CM: Una canción
P: Yiati Pouli Den Kelaidis? / Oh, Why Don’t You Sing Little Bird? – Lyre ‘n’ Rhapsody (Cover Version)
CM: Un sueño recurrente
P: Intentar correr rápido pero ir anormalmente lento.
CM: Una película
P: Eraserhead – David Lynch
CM: Un miedo
P: El miedo en sí mismo. En particular el miedo del mañana.
CM: Un plato
P: Strapatsada (revuelto de huevo, tomate y queso feta) con ensalada griega.
CM: Un lugar
P: Playa Varvarousa en Syros, Grecia.
CM: Un animal
P: Un dragón.
CM: Un juego
P: “Con nosotros”. Sólo mi hermana lo va a pillar. Pero es épico…
Aún puedes apuntarte al taller de Penelope en A Coruña este sábado 16 de diciembre aquí: ‘Sculpting Body–Images’